Las galletas de chocolate
Hace un tiempo, por motivos que no vienen al caso, una noche me cogí un GRAN disgusto (Lore daría fe de ello si se pasara por aquí), de tal magnitud que a la pobre le hice venirse desde Oviedo (porque íbamos en su coche) antes de tiempo, porque yo ya no aguantaba más... y de tal magnitud que según llegué a casa de madrugada lo primero que hice fue despertar a mi hermana (que estaba de visita).
El caso es que al día siguiente, y ya enterados todos en casa (debió de ser por mi berrinche y mis lloros, como pa no oírme...), mi padre entró en mi habitación con un platito de galletas de chocolate. Los que me leeis (o conocéis), os imaginaréis que en esos momentos mi apetito era cero patatero (mira, como mi autoestima ahora!). Pero el detalluco me gustó, la verdad, es de esos que recuerdas con el tiempo con cariño... no recuerdo si me comí alguna galleta o no, pero estar, estaban en el plato.
Ya con el tiempo, como los berrinches venían a ser bastante frecuentes (alternados con épocas de "oooohhhhh, estoy flotando de felicidaddddd", todo hay que decirlo), las galletitas dejaron de venir... (cosa lógica, al final me habría puesto hecha una bola :P).
En fin, sólo eso, que mientras estaba hablando con Paco lo recordé. Papi, quiero galletitas, joo!!
2 Comments:
Qué tendrá el chocolate, qué tendrá.
Vamos a la cama para descansar que mañana hay que trabajar.
xitos..
Ala! hasta las tantas charlando!.
Pues tú al menos puedes permitírtelo, Ele, no estás gorda ni nada. Pero yo, que cuando estoy con la ansiedad (mi eterno problema) me da por comer... así estoy estos años de gordete.
Creo que el chocolate vale para todo, ¿no?. Sustituto del sexo (que no del seso), antidepresivo, luego si te lo untas por el cuerpo parece que también es sano. Solo le falta que sirva para soldar, y para insonorizar.
Bueno, que te animes, y que nos vemos esta tarde. A ver si no se pone a llover. Ahora hay unas nubes sospechosamente sospechosas.
Besines
Publicar un comentario
<< Home